Ha pasado un buen tiempo. Prácticamente un año, para ser más precisos. Internet Explorer 8 era considerado un fósil en vida, cerrando vergonzosamente todas las listas de rendimiento hechas sobre navegadores web. Pero Microsoft decidió ponerse al día, y comenzó desde los cimientos. La interfaz era apenas uno de los tantos puntos a corregir. Nos tentó con ocho previews, una beta y un Release Candidate. Y durante lo que fue (y actualmente es) una noche muy fría tanto en Redmond como en Seattle, la versión final de Internet Explorer 9 fue puesta en línea. Esto es lo que encontramos.
Han pasado casi dos años desde que realicé el análisis de Internet Explorer 8. En su momento logró reemplazar con algo de clase al aún más herido Interner Explorer 7, pero no tenía ninguna oportunidad frente a la modernidad y la consciencia por la velocidad que podíamos encontrar en los navegadores de la competencia. Microsoft se resistió a esa consciencia, y lo hizo con uñas y dientes. Insistió en que su navegador era el más seguro, el más compatible, el más utilizado... y sólo esto último resultó cierto porque encontró un lugar en casi toda instalación de Windows del planeta, acompañado por sus dos versiones anteriores. El terrible puntaje en Acid3, la espantosa realidad al arrojarlo a las fauces de SunSpider... negar eso era como tapar el sol con las manos y al mismo tiempo pretender que no estaba allí. Microsoft necesitaba calzarse los guantes y comprender que había una muy buena razón por la que el uso de Internet Explorer estaba en picada: La competencia lo hacía mejor. Le tomó casi un año preparar algo con una respuesta adecuada, y finalmente, aquí lo tenemos. Internet Explorer 9 en su versión final.
Enlace: Neoteo
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